Parias de la Tierra

Hace tiempo que quería escribir algo así como una novela o un relato novelado de corta extensión. Hoy he comenzado a hacerlo y os pediría que lo leyerais y me comentarais vuestra sincera opinión. Gracias de Antemano.

GORKIN

Aquella fue su primera noche a la intemperie.
Arrojado por una orden judicial, que, a todas luces, le parecía falta de lógica y de sentido, vagó sin rumbo por las calles, como esperando que el tiempo se llevara el sufrimiento de su corazón y lo cubriera de calor y esperanzas.
Pero pasaron las horas, quedándose en sus doloridos pies. A cada instante que lamentaba en su camino infinito comprendía que estaba cada vez más lejos de encontrar un desenlace justo a su tragedia.
Por que él era justo, si, de eso estaba absolutamente seguro, como si algún mecanismo defensivo de su cerebro le impidiera, si quiera imaginar, que él no estaba en lo cierto.
Aquello era una injusticia, si, una injusticia. Otra como tantas otras en su vida, pero la vida no compone los golpes siempre de igual manera, porque Matías Noguer ya no era el vigoroso joven de antaño, ni se rodeaba de compañeros de voluntad firme y sed de justicia, ni en los aires de las calles se respiraba el aire de otro tiempo, ni la sangre de los hombres hervía con la misma fuerza.
Si Matías Noguer, mirara ahora a un hombre a los ojos, con la determinación del que nada tiene que perder, si le mirara fijamente y le pidiera: “Ayúdame compañero”, ¿Quién se detendría a partir en dos su abrigo, en desenlazar su bufanda y dársela sin más?
-¿No es verdad…- Pensaba tristemente Matías- que este hombre de hoy en las calles, el que se engalana como un pavo real por el simple placer de la apariencia, el que se dirige directo a comprar en la ciudad su felicidad y la de toda su familia a golpe de talón y tarjeta de crédito, No es verdad que cuando le pidiera de hombre a hombre, con una relación recíproca que él jamás habría experimentado, que me ayudara , que me tendiese su corazón generoso, se apartaría de mi asqueado por mi aspecto tan miserablemente humano y me lanzaría los despojos que le sobran de aparcar su lujoso coche en un caro aparcamiento, de tomarse un café en una elegante cafetería o de comprarle a su mimada hijita el último capricho del que se enamoró?
-Si. Es muy probable que así fuera-
Agachó su ajada cabeza y continuó por las bulliciosas calles. Quizás, el hombre ha sido siempre igual de egoísta, igual de mezquino, igual de ruín y los hombre de buena voluntad no pueden sino engañarse con que el mundo va a peor, para soñar con que el corazón del hombre dirá “BASTA” y la razón humana y el amor domine las relaciones sociales en una primavera soñada que no llega.
Este pensamiento le dejo un amargo rastro, y decidió no pensar durante un tiempo y limitarse a buscar un sitio donde dormir.
Encontró un hombre barriendo la suciedad de la entrada a un edificio de viviendas, era una casa hermosa y amplia con un portal enorme, de altos techos, diseñado seguramente, para que los primeros propietarios guardaran sus carruajes.
Se atusó los encanecidos cabellos y comprobó que gastaba barba de un par de días. Intentó burdamente disimular su mal aspecto y se dirigió al portal.
El hombre se irguió y le miró con malos ojos. Matías supo ya cual sería la respuesta a cualquier tentativa con aquel hombre, así que viró sus pasos y continuó la marcha.