lunes, 20 de agosto de 2007

Parias de la Tierra ( 2ª Parte)

Aquí os dejo esta continuación de la publicación anterior, solo espero que sea de vuestro agrado y encontreis en ella algo bueno de lo que podais serviros. Solo deciros que no la he revisado mucho y que me gustaría que todo fallo que apreciaseis, recomendacion y demás fuera puntualizado en los comentarios. Sin más, un saludo.

GORKIN


Le siguió otro lapso de tiempo indefinido, pasando indiferente como una nube disforme y yerma.
Cuando quiso constatarse de lo que había más allá de su gacha cabeza casi se dio de bruces con una pareja de policias.
-¿álgun problema caballero?
Negó casi inconscientemente con la cabeza y continuó su camino esquivándoles. Nunca le habían gustado la Guardia Civil, ni la Policía, ni nada parecido; conocía sus tretas y su doble moral, o al menos, creía haberla conocido.
-Claro, que ya no son lo que era- pensó frenando su paso.- Podría pedirles consejo, quizás sepan que hacer en estos casos, esto que me pasa es una injusticia, ¡Yo! Que tanto he luchado y sufrido en esa casa, ¡Por esa casa! Arrojado a la calle como un galgo con las patas rotas …
¿y qué? ¿Qué es lo que deseaba conseguir? ¿Qué le lleven a un albergue mugriento, donde borrachos, drogadictos y demás chusma le robaran hasta el alma?¡No!¡Desde luego que no!
Vagaría por las infinitas calles de la ciudad, llamaría puerta por puerta, pero jamás vendería la poca dignidad que conservaban sus canas.
Paso a paso fue dejando atrás el día; las farolas se encendieron -de manera tímida primero- a lomos de un escalofrío vertebral que recorrió las calles.
Pero esta anécdota puntual no hizo variar el rumbo de Matías Noguer, quien, se vió inconscientemente recorriendo una calles llenas de recuerdos pasados, con sus vasos de felicidad y sus mares de fantasmas.
Reconoció los portales atravesados, en un remoto tiempo inaccesible para su alma cansada , en los que palidecía el olor de otros hombres, que, como personajes secundarios, le habían acompañado durante un breve lapso de su tiempo.
Ni siquiera sopesó la idea de atravesar de nuevo los penosos umbrales. Continuó su viaje sin destino con sus recuerdos enterrados por equipaje.
¿Y ahora en quien?¿en quien puedo confiar? El cansancio despuntaba haciendo mella en su pensamiento; solo el instinto de supervivencia parecía latir inequívoco bajo aquella confusión cutánea e impura.
Inesperadamente, un destello mayor que el de las farolas, deslumbró el horizonte de su espíritu.
Allí, delante suyo, había un rostro conocido, un rostro inconfundible a pesar de la huella cruel de los años. No le costó mucho reconocerla, era Purificación Delgado, “Pura” en otros tiempos.
Su presencia encendió como un fósforo la esperanza. Obnubilado por aquella venida salvadora, Matías no encontró lugar para meditar lo correcto de su propia presencia, ni de su atuendo, ni de la situación, ni de nada. Simplemente, se lanzó a su encuentro.
-¡¿Pura?!Purificación Delgado ¿Eres tú?-
Aquella mujer, cuyas facciones aún dejaban entrever una sombra de su anterior belleza, miraba, con una mezcla de miedo y extrañeza en los ojos, al andrajoso individuo que la nombraba.
-¿Quién es usted?
-Matías, Matías Noguer ¿No se acuerda de mi?Como una luz instantánea la comprensión iluminó la faz de Dolores.
-Claro que me acuerdo, hombre. Venga conmigo-

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