domingo, 13 de enero de 2008

NIEBLA

Vi a la niebla bebiendo en el estanque
Tal y como gustaba hacerlo al cisne.
Lamenté de verdad que el imposible
Suscitara un consuelo semejante.

Los violentos olivos eran hambre
De su ser, solo sombras sin perfiles,
Solo espuma difusa e indefinible,
Ofuscada en sus perlas y en sus aires.

En la fuente vidriosa de las lágrimas
Nos veremos, que ya no vienen solas
Las imágenes santas del invierno,

Han pasado deprisa tantas páginas,
Que en las ciénagas del dolor me toca
Enterrar la alegría de otro tiempo.

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